El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Córdoba, José María Bellido, alerta de que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, “ha rechazado el diálogo sobre el posible cambio de callejero para imponer la radicalidad que le permita mantener el sillón de Alcaldía hasta 2019”.
Bellido apunta que pese a intentar de trasladar una imagen de moderación, la alcaldesa Ambrosio termina adoptando decisiones para contentar a una minoría que como ella se sitúan en posiciones extremas. “Tras semanas de silencio, Ambrosio apareció ayer para anunciar que apuesta por los cambios de nombres en el callejero que nada tienen que ver con franquismo y la
dictadura -Cruz Conde es anterior Guerra Civil, Cañero la rotuló Herminio Trigo a finales de los años ochenta- y, para reivindicar que es más de Podemos que Manuela Carmena, quien ha respetado en el callejero de Madrid a Vallellano”, apunta.
El portavoz popular sostiene que “quien gobierna una ciudad como Córdoba no puede estar sólo pendiente de atender a unos pocos que le mantienen en el sillón de Alcaldía, o en una estrategia de intentar superar en radicalidad a los partidos que forman Unidos Podemos”. José María Bellido alerta de que Ambrosio “anuncie ya la posición en el Pleno sin haber hablado con el grupo mayoritario, renunciando al consenso que siempre presidió la rotulación del callejero y, lo que es más grave, rechazando la consulta a los vecinos que viven en los barrios afectados por sus propuestas, que avala y considera ajustada a ley el secretario municipal”.
“Es tremendamente preocupante para la ciudad una alcaldesa y un PSOE escorado cada vez más a la izquierda, con continuos cambios de posición que obedecen a intereses personales y partidistas, y nunca por el interés de los cordobeses con quienes además no quiere contar para resolver un asunto como éste”, recalca. En este sentido, Bellido considera “un mal precedente que se comiencen a imponer decisiones, pues parece ser la antesala de una intensa agenda de polémicas para los próximos meses, con asuntos en los que el cogobierno de Ambrosio intentará imponer su posicionamiento radical -como por ejemplo, la titularidad de la Mezquita-Catedral-.